El suicidio y la intervención en crisis por teléfono
A la crisis se le asocia con mutación o cambio pero al mismo tiempo con esperanza y posibilidad. Toda crisis implica siempre un cambio Se podría decir que la crisis es un fenómeno interior agudo y repentino que nos empuja a un nuevo ordenamiento personal. Lo que antes lo aceptábamos como natural o lógico ahora lo ponemos en tela de juicio.
La consecuencia es que no sabemos qué hacer y hay la sensación de hundirse y no pisar firme. Se percibe un caos interior que provoca un sinnúmero de sentimientos como: vulnerabilidad, trastorno mental, sensación de incapacidad, miedo, ansiedad, depresión, etc.
Pero también existen crisis de crecimiento y de maduración que provocan nuevas formas de actuación o activan mecanismos y posibilidades hasta el momento desconocidos por el individuo. Sin embargo, idénticos acontecimientos o vivencias producen crisis en unas personas y en otras no, dependiendo del nivel de salud mental de cada sujeto.
En ocasiones, los medios de comunicación nos sensibilizan con noticias de personas que han tratado o han logrado terminar con sus vidas debido a situaciones o crisis que no han podido enfrentar. Eso hace que nos preguntemos: ¿Qué motiva a alguien a buscar una salida a sus conflictos en el suicidio?
Nadie quiere morir pero para el suicida la muerte cobra sentido; ella tiene el significado de: liberación, cambio y regresión. Para él la muerte es: liberación de los conflictos, puerta de salida para situaciones insoportables, liberación del sufrimiento y una puerta de entrada a la tranquilidad Y felicidad. (Volver al útero materno)
El suicida está entre los dos polos, tiene miedo a vivir pero también miedo a morir. Un acto de suicidio es un acto de vida porque el objetivo es morir pero también vivir de otra manera. El suicida huye de la vida para negar la presencia de la muerte, eliminándola mágicamente. Es la manera de matar la desesperanza, la depresión y la culpa. Elije voluntariamente el momento de autodestruirse, creando así una fantasía de omnipotencia.
El desesperado no ama la vida, no espera nada de ella. El hombre por su propia naturaleza tiende hacia algo, necesita de un proyecto para vivir. El suicida dice: “Dame un solo motivo y seguiré viviendo”.
Por ese motivo se han creado los servicios de emergencia por teléfono, para prevenir el suicidio y acompañar en el dolor. En el Reino Unido hay muchas líneas de ayuda o “help lines” como el Teléfono de la Esperanza UK que provee soporte emocional a las personas de habla española y portuguesa desde 2006. Esta organización no tiene ninguna vinculación religiosa ni política y ofrece un servicio gratuito, confidencial, respetuoso y profesional.
La atención se realiza con voluntarios especializados en la escucha que tiene formación y entrenamiento para facilitar al llamante el conocimiento más profundo de la situación, ayudarle a enfrentarse con los propios sentimientos destructivos de culpa y a descubrir sus propios recursos psicológicos para tomar una decisión.
Cientos de voluntarios atienden diariamente a millares de personas con el propósito de prevenir el suicidio y acompañar en el dolor. El Teléfono de la Esperanza UK cumple 10 años preparando a sus voluntarios para que realicen este noble servicio.
E. Ortega
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